miércoles, 14 de enero de 2009




Si vienes, por ejemplo,
a las cuatro de la tarde,
comenzaré a ser feliz desde las tres.
Cuanto más avance la hora,
más feliz me sentiré.
A las cuatro me sentiré agitada e inquieta;
¡descubriré el precio de la felicidad!
Pero si vienes a cualquier hora,
nunca sabré a qué hora preparar mi corazón…
Los ritos son necesarios.
Te espero ♥

1 comentario:

La srita Giuliana dijo...

me gusto MUCHO tu blogggg

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